Con 174 centímetros de altura y 34 kilogramos de peso, está muy enferma pero no es consciente de ello. Es el principal argumento esgrimido por un tribunal de la Audiencia de Barcelona para ordenar el internamiento no voluntario de Rocío S., una joven anoréxica de 20 años, con el objetivo de que reciba tratamiento.

"Es una medida adoptada en interés y beneficio de Rocío, que si bien puede ahora no comprender, tras el necesario tratamiento y rehabilitación, cuando mejore podrá entender, apreciar y valorar la correcta lucha de su familia para su curación y bienestar", argumenta el tribunal de la Sección Decimoctava de la Audiencia de Barcelona. Su resolución revoca la de una juez de Badalona que denegó la petición.