El vertido de petróleo que está originando desde hace más de un mes una inmensa marea negra en el golfo de México, a raíz del hundimiento de una plataforma de British Petroleum (BP), ha cesado ya gracias a la nueva operación iniciada ayer por BP para sellar el pozo submarino, según ha anunciado el almirante de los guardacostas de EEUU, Thad Allen.

Los equipos de intervención "han intentado estabilizar la entrada del pozo inyectando líquidos a su interior. Han conseguido interrumpir el escape de hidrocarburos", ha declarado Allen a la radio norteamericana WWL First News.

"Todos estamos prudentemente optimistas, pero todavía no se puede cantar victoria", ha añadido el almirante, que ha puntualizado que el pozo todavía no está sellado.

TERCER INTENTO

Se trata del primer resultado positivo de una operación lanzada por BP para intentar bloquear la salida de crudo y del primer éxito real de la compañía tras el hundimiento de la plataforma que causó la catástrofe, el pasado 22 de abril.

La operación, bautizada en inglés como top kill (muerte superior), comenzó el miércoles a las 13 horas locales (18.00 GMT). Consiste en inyectar desde un barco en la superficie una acumulación de lodo pesado y cemento. Se trata del tercer intento de BP de sellar una fuga de petróleo que amenaza con provocar la mayor catástrofe ecológica de la historia de EEUU.

BP GUARDA SILENCIO

La nueva estrategia de sellado de la fuga es un procedimiento rutinario para sellar pozos situados en la superficie, pero nunca se había intentado a una profundidad de 1.500 metros bajo el agua, donde estaba la fuga actual.

Por su parte, BP ha declinado confirmar los comentarios realizados por el almirante de los guardacostas de EEUU sobre el bloqueo del vertido en el golfo de México. Un portavoz de la firma se ha limitado a declarar por correo electrónico que las operaciones continuan en marcha.

Por otra parte, la directora del Servicio de Gestión de Minerales del Gobierno de EEUU ha sido destituida por su gestión en la crisis petrolera. Inicialmente, BP declaró que el vertido de crudo a mar abierto era de 5.000 barriles diarios. Los científicos dicen ahora que el vertido es entre dos y cinco veces mayor de lo anunciado, informa Idoya Noain.