Fue uno de los primeros en entonar el mea culpa por la ocultación de abusos en el seno de la Iglesia alemana, sin embargo, lo hizo a nivel institucional, no personal. Ahora, el presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, el arzobispo Robert Zollitsch, está siendo investigado por la justicia por supuesta complicidad en un caso de abuso de menores, según informó ayer la fiscalía de Friburgo.

En 1987, y con Zollitsch como jefe de personal, la archidiócesis de Friburgo permitió la contratación de un sacerdote acusado de vejaciones a menores en los años 60. La fiscalía considera que el alto cargo conocía los antecedentes del sacerdote.

La archidiócesis de Friburgo rechazó ayer las acusaciones y acusó a la propia fiscalía y a la prensa de buscar un efecto "sensacionalista" con una acusación que incluye términos como complicidad y amparo. "La acusación difundida sobre la sospecha de un comportamiento punible por parte de Robert Zollitsch carece de autoridad y no tiene ningún fundamento", manifestó en un comunicado en el que también afirma que la archidiócesis tuvo noticias del caso de abusos por primera vez en el 2006, por lo que Zollitsch no podía conocer en 1987 las acusaciones contra el sacerdote.

Esta no es la primera vez en que el escándalo de abusos sexuales en la Iglesia católica alemana, que estalló a principios de año, toca de cerca al presidente del episcopado. En marzo, varios medios de comunicación afirmaron que Zollitsch había ocultado a otro pederasta en 1991. En este caso, también como responsable de recursos humanos, el arzobispo supuestamente ordenó la jubilación anticipada de un cura que abusó de 17 niños entre 1968 y 1991, sin denunciarlo.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania se ha mostrado en varias ocasiones contrario a la reforma propuesta por los obispos muniqueses de denunciar ante la justicia los abusos sexuales que se producen en el seno de la Iglesia, aunque las víctimas no lo hagan.

ENTREVISTA En una entrevista publicada el pasado marzo en el semanario alemán Focus , Zollitsch aseguró que eso podría implicar "problemas morales" porque muchas víctimas prefieren hablar de sus problemas en privado. Fue en esa misma entrevista en la que el arzobispo alemán reconoció por primera vez de manera pública la ocultación de abusos por parte de la Iglesia alemana, para asegurar posteriormente que "hace años que se cambió el rumbo" y que ahora se encuentra "en el camino contrario".