El físico teórico y químico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Carlos Peña Garay, ha sido nombrado director del Laboratorio Subterráneo de Canfranc (LSC). El español, elegido por convocatoria, sustituirá así al italiano Aldo Ianni.

"Es un honor poder servir al LSC y a los experimentos asociados. Estoy seguro de que la transición será fácil, ya que conozco muy bien el trabajo en el LSC y he contado con mucho apoyo del centro de investigación del que provengo, el I2SysBio, y del CSIC, que me ha asesorado en esta transición", declara el nuevo director del LSC.

El LSC es una Instalación Científica y Técnica Singular (ICTS) ubicada a 800 metros de profundidad en el Pirineo Aragonés, bajo la Montaña del Tobazo, donde se investiga sobre física de partículas. La profundidad de su ubicación produce un "silencio cósmico", ya que la montaña bajo la que se encuentra filtra la radiación cósmica. Este silencio es necesario para la investigación de sucesos naturales raros; como son la colisión con un átomo de neutrinos provenientes del cosmos o las partículas de la invisible materia oscura.

El LSC, cuyos orígenes científicos se remontan a 1985, es un consorcio integrado por la Administración General del Estado, el Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza. Pocos años después, se produciría el primer resultado de este Laboratorio: se obtuvo el mejor límite hasta la fecha de la desintegración doble beta.

Peña ha contribuido con sus estudios a resolver el problema de los neutrinos solares, lo que conllevó a descubrir la masa de los neutrinos. En la actualidad, combina investigaciones sobre la naturaleza de los neutrinos y de la materia oscura con estudios de Big Data para desentrañar la dinámica de comunidades bacterianas, la evolución de elementos repetitivos del genoma o la interacción ente radiaciones y procesos biológicos.

Según destaca Peña, en la actualidad los principales experimentos se centran en la desintegración doble beta y en la búsqueda de materia oscura. Asimismo, se desarrollan investigaciones en astrofísica nuclear, detectores de neutrinos y estudios geodinámicos y biológicos.

Aunque el "buque insignia" es el experimento NEXT, que pretende observar la desintegración doble beta usando un isótopo del gas Xenón. "Quieren ver simultáneamente la energía y las trazas de los electrones formados durante esa desintegración", explica Peña.

OBJETIVOS DE PEÑA

Entre los objetivos del nuevo director está afianzar alianzas con centros de investigación como el laboratorio del Gran Sasso (Italia), incrementar la contribución a los principales experimentos españoles y abrir el laboratorio a nuevas comunidades científicas y tecnológicas.

"Quiero desarrollar los servicios tan singulares que tiene este laboratorio subterráneo, ya que le hacen perfecto, por ejemplo, para estudios geodinámicos o para estudiar el ruido newtoniano, fundamental para la detección de ondas gravitaciones en el futuro interferómetro subterráneo Einstein Telescope", destaca el nuevo director.