El jefe de la policía municipal de Torrevieja, Alejandro Morer, y otros seis agentes declararon ayer en el juzgado número 2 de la localidad alicantina por presuntos delitos de torturas, falsedad documental y omisión del deber de perseguir delitos tras la denuncia de un ciudadano argelino al que supuestamente le rompieron tres costillas y el bazo. La juez que instruye el caso, Juana López, los puso en libertad bajo cargos pero la investigación, bajo secreto de sumario, sigue abierta. Otros cuatro detenidos se espera que comparezcan hoy ante la juez y no se descartan más detenciones.

EL CASO Según una fuente próxima a la investigación, la policía sorprendió al joven robando en casa de un agente municipal, le llevaron a comisaría y durante el interrogatorio, le dieron una paliza. Este caso, sumado a otras denuncias anteriores que implican a policías locales de Torrevieja, provocó que la juez abriese una investigación.

"Los agentes también podrían estar implicados en una presunta trama de extorsión a comercios locales. Un vendedor de Torrevieja ha denunciado que hace siete años unos policías le pegaron tras una discusión porque tenía el coche mal aparcado. El hombre, de nacionalidad argentina, ha asegurado que existe una "mafia policial" que extorsiona a comerciantes como él, quien, dijo a Efe, que no denunció porque le amenazaron supuestamente con retirarle el permiso de un puesto de venta a su mujer.

El portavoz de Els Verds en la localidad, José Manuel Dolón, recordó que su grupo ya denunció "una paliza" que le propinaron varios policías a un vendedor marroquí.