El Gobierno de Irlanda ha ordenado retirar del mercado la carne de cerdo envasada desde septiembre en granjas irlandesas para ser distribuida en los países de la UE, ya que se ha detectado una contaminación con dioxinas en el pienso con que se alimentó a los animales de nueve de las granjas. La dioxina detectada, el policlorinato de bifenilo, es muy tóxica para el ser humano si se consume durante largo periodo de tiempo, algo que, según la Autoridad Irlandesa de Seguridad Alimentaria (FSA, en siglas en inglés) no ha sucedido.

Los cerdos en cuya carne se han detectado dioxinas se criaron en granjas de Irlanda del Norte, y fueron alimentados con el mismo pienso que también han recibido otras 40 explotaciones ganaderas. La presencia de las dioxinas en la carne fue detectada en un matadero, que alertó a la FSA. Los análisis realizados en muestras de grasa de los animales afectados, y en su pienso, han detectado niveles de dioxinas entre un 80 y 200 veces superiores a lo que la normativa de la UE estima seguro para el consumo humano.

Las dioxinas son compuestos químicos que surgen de los procesos de combustión del cloro. Son muy solubles en las grasas, lo que les permite infiltrarse con facilidad en la cadena alimenticia. La Comisión Europea alertó ayer del riesgo de intoxicación grave que supone ingerirlas durante un tiempo prolongado.

Los alimentos afectados son, principalmente, jamón, bacon, salchichas, pasteles de carne y pizzas precocinadas que contienen jamón. El pienso contaminado ha sido distribuido a las granjas que suministran el 10% de la carne de cerdo que se distribuye desde Irlanda.