El partido de mañana entre Italia y Francia es más que la final de la Copa del Mundo. Para Italia es, también, la posibilidad de que las autoridades del pais transalpino hagan borrón y cuenta nueva de los escándalos de corrupción que amenazan con que buena parte de su aristocracia futbolística --clubs como Milan, Fiorentina, Lazio o Juventus, nada menos-- termine en el pozo de la tercera o la segunda división. Y con ellos, los héroes de mañana: Del Piero, Zambrotta, Buffon, Camoranesi, Cannavaro , futbolistas del equipo turinés; o Gatusso, Nesta, Pirlo, Gilardino, Inzaghi , jugadores del Milan; o, en fin, Luca Toni , del Fiorentina, y Peruzzi y Oddo , del Lazio.

¿Quién podría, en un país apasionado como Italia y en el que el más tonto hace relojes, negarles el perdón a unas entidades cuyos jugadores han prestando tan alto servicio --¿acaso se puede imaginar uno más alto que el campeonato del mundo?

¿Acaso el fiscal deportivo Stefano Palazzi , ese que ha tenido la osadía de solicitar para esos clubes el descenso a los infiernos; ése que ha pedido que se le despoje al Juventus del ´Scudetto´ ganado en el 2005, ese fiscal, podría seguir adelante con sus acusaciones por muy bien fundamentadas que estén, por muchas y contundentes pruebas que haya sobre compra de árbitros o amaño de partidos, si vuelven a casa como los amos futbolísticos del mundo?

Ya hay voces que están pidiendo comprensión, que están pidiendo ´un poco de por favor´. Y no son unas voces cualesquiera. Es la voz del ministro de Justicia, Clemente Mastrella , quien ayer en el ´Corriere della Sera´ se mostró contemporizador y se preguntó en voz alta para todos los que quisieran oírle: "¿Es que es justo que gente como Cannavaro y Del Piero terminen jugando en la tercera división después de todo lo que están haciendo por Italia?".

Habrá mucha gente que diga que, efectivamente, si llegan a Roma con la Copa se les debe perdonar todo. Así que ante el partido de mañana, Italia sale al césped de Berlín con una motivación más: nada menos que la libertad. Será una fuerza incontenible, porque ante los italianos, los franceses sólo aspiran a tener una jubilación dorada quienes se jubilan, como Zidane, y a sostener razones de peso de que no empujen quienes quieren jubilarlos a todos. Y no hay color: para unos amnistía y victoria; para otros, victoria y retiro.

Con todo, algunos jugadores disienten del ministro de justicia y manifiestan que no están dispuestos a consentir que se eche un manto de olvido sobre el escándalo de corrupción. Así Gatusso, que pertenece al Milan y, por tanto, sería un damnificado de la justicia.

Si Italia gana, habrá que ver qué pasa, qué voz es más fuerte: la del fiscal Galliani o la del ministro Mastella . Son las voces de las dos italias.