"No es un atracador común. Es frío, calculador y muy inteligente, pero no le llegaba al padre ni a la altura de los zapatos". Así define un policía de Madrid a José Iván Gallo Macías, el joven de 25 años que el día 5 retuvo durante más de 12 horas a varios rehenes durante un atraco a un banco de Alicante. El padre del delincuente, que mejora de las lesiones sufridas en la detención, es José Gallo Sánchez, un histórico atracador de bancos que en 1992 protagonizó un secuestro y que fue condenado a 12 años por retener a la hija de un empresario alicantino.

Sólo en el último año, desde que quebrantó una condena que cumplía en Aranjuez, José Iván Gallo cometió, como mínimo, 14 atracos a bancos en los que los testigos identificaron su fotografía. También protagonizó asaltos a viviendas.

En los últimos meses, llevaba una vida disparatada y derrochadora que compartía con su novia. "Querían comprarse un piso con piscina y jardín en Alicante", comentan fuentes de la familia. Recientemente, realizaron una romántica escapada a Suiza en la que gastaron más de 6.000 euros. Los botines que estaba consiguiendo en los últimos golpes no estaban nada mal: el 8 de febrero del 2003, en Leganés, se llevó 13.555 euros. "Pero se había vuelto muy ambicioso y quería más", dicen los que conocen el caso.

El fallo

¿Qué hizo? "Algo muy peligroso y arriesgado para un delincuente", apuntan los mismos interlocutores. José Iván Gallo cometió en los últimos meses cinco atracos a narcotraficantes de Madrid, casi todos gitanos, de los que pensó que nunca le denunciarían a la policía. Y, efectivamente, no consta, pero sí unas ansias incontroladas de venganza. "El lo sabe. Lo sabe tan bien que tras ser detenido dijo: Dejadme morir, por favor, dejadme morir que no quiero volver a la cárcel", añaden las mismas fuentes.

Durante el atraco a Alicante, la policía llevó hasta allí al padre para que mediara. Sólo le dijo: "En esta familia no hay delitos de sangre y no quiero que cambie". El padre conduce ahora un autobús.