Se llama Javier Carmona, es un emeritense de 33 años y cuando deja su trabajo en una cadena de supermercados dedica su tiempo a su verdadera pasión, el baile, y a venerar a su ídolo de toda la vida, Michael Jackson, del que es un imitador oficial. La muerte del mito le ha dejado muy afectado y todavía no se lo llega a creer, pero para él su espíritu está vivo, y así lo pondrá de manifiesto en una actuación en Mérida el próximo 12 de septiembre, en la que estará acompañado por un cuerpo de baile.

Lleva más de 20 años imitándole y se conoce a la perfección todos los movimientos que encumbraron al rey del pop. Su pasión comenzó cuando lo vió bailar por televisión en su casa, en blanco y negro entonces, la canción Billie Jean ; "Me quedé alucinado y pensé que eso lo debía aprender", comenta; luego, Thriller el audiovisual que en los 80 cambió la historia de los videoclips y el tema más vendido y famoso del mundo, acabó por conquistarle. Se propuso aprender, y lo hizo. No en vano sus dotes para el baile, sobre todo para el estilo break-dance, ya las demostró con 8 años de edad, cuando ganó en Badajoz un concurso de baile abierto a todas las edades.

Jacko le marcó siempre y tiene verdaderas joyas musicales del cantante en vinilo, ropa, publicaciones, cintas de video y todo lo relacionado con su ídolo, hasta la entrada del concierto que el artista ofreció en Santa Cruz de Tenerife en 1993. Su sueño hubiera sido llegarlo a conocer, pero no pudo, como tampoco acudir a sus funerales, y es que "hay que tener los pies en el suelo" y pensar que vive de su trabajo, que no le permite demasiadas alegrías económicas. Sin embargo, su dinero se lo gasta a gusto siempre que sea para imitar a Michael Jackson, al que considera el mejor cantante, bailaría y actor musical que jamás ha habido, porque "ha marcado un estilo único, inimitable, es un artista completísimo, un monstruo".

Mejor bailar que jugar

Javier recuerda como desde muy pequeño se metía en su habitación a bailar y ni siquiera salía a la calle a jugar con los amigos que le iban a buscar a su casa. "Me hubiera encantado conocerlo, lo he adorado y su muerte me ha afectado mucho", explica, mientras critica la hipocresía que ha habido entorno a la vida del cantante, porque "su muerte ha destapado las falsedades de las que algunos le acusaban".

El le rinde un particular homenaje en privado a diario y en público cuando puede. Ha hecho imitaciones en diversas partes de España y ahora espera ilusionado hacerlo en su ciudad el 12 de septiembre. Ese día demostrará por qué es uno de los mejores imitadores de Jacko y uno de los bailarines de break-dance "de la vieja escuela", como así mismo se considera. Todo siempre pensando en Michael.