Fue niño prodigio, se convirtió en el rey del pop y hoy, a los 44 años, es un desequilibrado. Rodeado de niños, con los que mantiene inquietantes relaciones, Michael Jackson está mucho peor de lo que todo el mundo sospechaba. En un documental surrealista sobre la estrella, 15 millones de británicos estupefactos le oyeron decir en la cadena ITV el lunes: "He dormido en la cama con muchos niños".

Diez años después de pagar una cifra millonaria a un menor por abusos sexuales, Jackson sigue compartiendo la cama con niños. "Es algo absolutamente correcto, muy cariñoso, encantador y dulce", dice Jackson cuando el periodista Martin Bashir, el mismo que entrevistó a Diana de Gales, le pregunta si le parece correcto dormir con los críos que invita a Neverland, su gigantesco rancho de California.

COMPAÑEROS DE LECHO

El cantante cita entre sus compañeros de lecho al protagonista de Solo en casa, Macaulay Culkin, cuando tenía 10 años, y los hermanos de éste. Ahora es Gavin, un chaval de 12 años enfermo de cáncer, que posa en el documental con la cabeza en el hombro de Jackson, quien duerme con el cantante. Este asegura que no hay nada sexual en esas muestras de cariño. "Los niños son mi inspiración, no podría vivir sin ellos", clama Jackson, que dice desear "vivir eternamente".

El multimillonario solitario no quiere ni necesita crecer y por eso sigue subiéndose a los árboles de su finca y jugando en el parque de atracciones de Neverland. El sexo con adultos le espanta y recuerda como una "experiencia aterradora" la vez en la que, siendo un adolescente, una chica de su edad intentó seducirle sin éxito. Jackson admite que ni siquiera conoce a la madre de su último hijo, Prince Michael II. "El niño es fruto de una madre de alquiler y de mi propio esperma, como mis otros dos niños", afirma.

Con su fortuna se lo puede permitir todo, como entrar en una tienda en Las Vegas y dejarse 6 millones de dólares en muebles de muy dudoso gusto (en la foto, en una imagen de archivo). Traumatizado por su padre, Jackson no puede soportar mirarse a la cara y asegura que sólo se ha operado la nariz.