Javier Boada es uno de los al menos ocho españoles encerrados en el hotel Metropark de Hong Kong. Empresario barcelonés de 50 años, ha vivido los últimos 15 en la India y llegó el jueves a la isla para acudir a una feria de trabajo. Las autoridades sanitarias de la antigua colonia británica ordenaron la cuarentena del hotel, con casi 300 clientes dentro, tras saberse que un huésped mexicano era el primer caso de la fiebre porcina en Asia. Boada, como los demás, aún tendrá que permanecer en el establecimiento hasta el próximo viernes, cuando se levantará la cuarentena. Este diario contactó con él por teléfono.

--¿Cómo llegó aquí?

--Quería salir del hotel el jueves a las siete de la tarde, cuando se montó el sarao. La puerta principal estaba sellada y policías con mascarillas nos impidieron el paso a la calle. Se llenó rápidamente de gente con batas azules y blancas. Algunos entraban corriendo con grandes cajas. Parecía una película de Spielberg. Nos informaron de la razón y nos reunieron a todos en el restaurante para tomarnos la temperatura. Los que superábamos los 37 grados fuimos colocados en una cola; los que no, en otra. Yo los superaba por dos décimas. Nos condujeron en grupos de cuatro al hospital con una espectacular escolta policial. Fuimos destinados al departamento de enfermedades infecciosas, donde un doctor con mascarilla entraba cada hora para medirnos la temperatura. A mí me bajó a 36,6 grados. Nos sometieron a la prueba para detectar la gripe A. Dio negativa, pero me dijeron que debían aislarnos por si la desarrollábamos.

--¿Se asustó?

--No. Sabía que provoca fiebres altas y yo no las tenía. Sabía también que las posibilidades de estar infectado eran muy pocas, y aun estándolo, si se trata en los estados prematuros, la cura es fácil. Lo que pensé es que era una putada pasar toda una semana encerrado aquí.

--¿Por qué ha decidido ahora hablar con la prensa?

--Porque la prensa ha difundido muchas animaladas. Se ha dicho que el grupo de 60 personas que fuimos conducidas al hospital presentábamos síntomas de la nueva gripe, cuando apenas teníamos unas décimas de fiebre. Tampoco ha habido casos de pánico ni de nerviosismo. Solo mucho tedio.

--¿Se aburren mucho?

--Sí, no tenemos nada que hacer, aparte de navegar por internet y ver la tele.