Ya lo había reconocido hace unos días, pero ayer lo declaró oficialmente, ante el tribunal que le juzga. El presidente de la oenegé Arca de Zoé, Eric Breteau, le aseguró al juez instructor del caso que los tres tripulantes españoles del avión imputados por la justicia de Chad por el asunto de tráfico de niños no tienen nada que ver con la causa, al igual que el piloto belga y tres ciudadanos chadianos encarcelados en Yamena, a quienes calificó de "inocentes".

En su declaración, Breteau quiso dejar claro que estos siete acusados desconocían los entresijos de la actuación de la oenegé, una ignorancia que no atribuyó al cuarto ciudadano de Chad imputado. Mahamat Arif, jefe de uno de los distritos en los que fueron recogidos algunos de los 103 menores, sí conocía los pormenores de la operación, declaró el líder de Arca de Zoé, cuyos abogados --y también de los otros seis miembros de la organización inculpados-- reclamaron la puesta en libertad de sus clientes. También solicitaron que los cargos que se les imputan (secuestro de menores y estafa) sean revisados con el fin de ver reducida así la posible pena. El castigo para estos casos podría oscilar en el país africano entre los 5 y los 20 años de trabajos forzosos.

Los diplomáticos españoles que trabajan por la liberación de los tripulantes reiteraron la inocencia de sus compatriotas, que ayer recibieron un paquete con zumos, patatas fritas y tabaco de parte del cónsul español en Camerún, Vicente Mas, desplazado a Yamena para seguir el tema. "Están mejor, bien de ánimo", aseguró el diplomático. La puesta en libertad podría producirse en breve, a juzgar por los "rumores" que dijeron haber recibido los responsables de la compañía aérea Girjet, que, no obstante, añadieron que es mejor "mantener la prudencia".

MANIFESTACIONES Por otra parte, decenas de chadianos volvieron a manifestarse ayer en Yamena ante la embajada francesa mostrando todo tipo de pancartas dirigidas a un solo protagonista, Nicolas Sarkozy.

De hecho, la operación rescate del domingo pasado y las posteriores declaraciones del presidente francés ("iré a buscar a los que todavía quedan allí") siguen escociendo aún en el país africano, por lo que Nicolas Sarkozy ha tenido que rebajar el tono de su discurso.

Ayer, por ejemplo, en una reunión con familiares de los miembros de Arca de Zoé detenidos en Chad, el presidente francés pasó de puntillas sobre el tema de una posible extradición de los acusados. La decisión depende "exclusivamente de la justicia chadiana", se afirmó de nuevo desde el Elíseo. Es preciso evitar cualquier altercado con el Gobierno de Idriss Déby, sobre todo cuando en las próximas semanas se desplegará en su suelo un contingente multinacional, dirigido por Francia, destinado a proteger a los refugiados de la región sudanesa de Darfur.