La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, se mostró ayer firme en su decisión de endurecer la ley del tabaco, y calificó de "irrelevante" la repercusión económica que la prohibición de fumar en todos los locales públicos tendrá en el sector de la hostelería. "Es absolutamente insignificante. Ni siquiera se contabiliza desde el punto de vista estadístico. No es serio hacer ese planteamiento", dijo Jiménez tras una reunión con el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps.

La ministra respondía de esta manera a las críticas por parte del sector hostelero, que advierte de graves perjuicios económicos en caso de que el tabaco sea desterrado de bares y restaurantes. Jiménez se refirió a la experiencia de otros países para defender la reforma y garantizar que la prohibición no afectará al volumen de trabajo ni al empleo. "¿Alguien se cree que la gente va a dejar de acudir a los restaurantes porque estén libres de humo? Al contrario, muchos de nosotros, que no hemos fumado un cigarrillo en la vida, iremos con más frecuencia", afirmó. Y puso como ejemplo a Turquía, "un país de grandes fumadores en el que no ha pasado nada" con el veto.

La responsable de Sanidad aseveró que dispone de datos que demuestran que el sector de la hostelería saldrá beneficiado con la prohibición. Jiménez también rechazó las acusaciones de improvisación, y subrayó que el objetivo de la reforma es proteger la salud y "hacer una ley homologable con la de otros países". La ministra recordó que el tabaco causa cada año la muerte de más de 55.000 personas en España.