Queda recogido en los textos escritos sobre Jorge Guillén que de todos los poetas que forman parte de la Generación del 27 , éste es sin duda el poeta de los objetos, de las cosas, de la percepción del mundo material, de eso tan físico y al mismo tiempo tan indefinible que se llama realidad. Lázaro Carreter dice de él que es el lírico contemporáneo de ideal más definido y constante.

En la obra poética de Jorge Guillén hay versos más que elocuentes: Dependo de las cosas o No soy nada sin tí, mundo . Es una poesía que afirma y se afirma a sí misma, pero adoptando la firmeza de las cosas. Toda su obra se alienta del deseo por la trama nítida y secreta de los objetos que pueblan el mundo, que es real y autónomo al mismo tiempo.

Jorge Guillén, como todos los intelectuales de su generación, probó los rigores del destierro a causa del franquismo y se consagró a la docencia universitaria y a la edificación de su poesía. Todos sus libros, excepto el primero (Cántico ) y el último (Final ), fueron publicados en el extranjero.

Guillén transfiere al poema el tono elemental que más lo apega al mundo: respirar. También desde el fondo de la tradición, la poesía lírica se ha constituido siempre en tomo de la subjetividad y de su particular captación del mundo a partir de las percepciones del yo .

Aparte de la poesía de Jorge Guillén es un placer leer sus ensayos, y no sólo porque están escritos con la misma nitidez que sus versos, sino porque parecería que todo el material de su obra en prosa revela a un escritor atento también a los movimientos de la historia, los mismos que se pueden captar en sus versos prestando un poco de atención.