--¿Un artista ha de cultivar sus obsesiones?

--No me gusta la palabra artista, pero aceptándola, diría que todos lo somos, porque todos tenemos en marcha una obra de arte que es nuestra propia vida. En ese sentido, todos tenemos obsesiones que potenciamos (de forma consciente o no) y otras que intentamos controlar. Así construimos nuestra personalidad.

--Decía Miró que el artista debe plantearse una tarea desde la mayor de las ambiciones, con todo el orgullo posible, para ejecutarla con la mayor de las humildades, desde la convicción de que, casi siempre, "el territorio del arte es el fracaso".

--Estoy de acuerdo. Es difícil que el autor quede totalmente satisfecho porque siempre habrá objetivos que se había propuesto que no se hayan cumplido, pero eso no significa que se haya fracasado. La obra se lleva a cabo en un proceso de diálogo entre el planteamiento inicial y lo que la obra va sugiriendo durante su ejecución. En ese proceso se pierden algunos contenidos iniciales, pero se producen hallazgos que la enriquecen. Me gusta darle tiempo a la realización de cada obra para que el diálogo se produzca y estar atento a cómo la obra quiere ser hecha.

--Thomas Mann: "El arte hoy se burla de sí mismo por haberse hecho demasiado pesado".

--El hoy de Thomas Mann no es el hoy nuestro. Hoy el arte está envuelto en un gran desconcierto. Continuamente nos preguntamos si esta obra es arte o no. La influencia del mercado hace que se sobrevaloren unas obras o se ignoren otras. Cuanto más informados estemos mejor juzgaremos. Pero lo más importante es pensar por uno mismo. Como decía Vargas Llosa: cada uno debe ponerse delante de la obra de arte y decidir si le gusta o no.

--Antonio López grita que está harto de Picasso...¿Y usted?

--En absoluto. Creo que nunca me hartaré de Picasso, como tampoco de Antonio López.

--Arrabal desmonta el mito del Guernica, diciendo que la obra está llena de motivos erótico-mitológicos, ninfas que hacen felaciones a minotauros, escenas de zoofilia. A Picasso, dice, no le interesaba la Guerra civil sino disfrutar de su priapismo.

--Una cosa son los motivos que llevan al autor a realizar esa obra, otra lo que el autor siente cuando la termina y otra lo que dicen los que la contemplan. Al final la obra está ahí. Ella se manifiesta y eso es lo que importa.

--En el urbanismo de hoy se dibujan las carreteras y en lo que queda entre ellas, en los restos, ¿es donde vive la gente?

--Creo que así ha sido históricamente. Las ciudades surgen en los cruces de caminos, en los puertos-, condicionadas por las vías de comunicación. Las ciudades son el lugar para el intercambio: de mercancías, de servicios, de ideas, de afectos.

--En arquitectura, ¿es conveniente llegar a la amistad con el cliente para éste te pida lo que tú quieres?

--Me parecería una buena táctica. El gran arquitecto Alejandro de la Sota decía que los arquitectos teníamos que convencer a los clientes para darles liebre por gato. Una obra de arquitectura tiene ciertas semejanzas con una película, en ambas se invierte mucho dinero y en ambas interviene mucha gente. Para que el resultado sea bueno es necesario que todos desempeñen bien su papel, desde el cliente hasta el albañil, pasando por el arquitecto, el técnico y el constructor.