El joven de 17 años que en la noche del pasado viernes apuñaló a 26 personas en el centro de Berlín estaba borracho, según fuentes policiales. Los hechos ocurrieron tras la inauguración de la nueva estación de ferrocarriles Hauptbahnhof.

Seis de los heridos están graves y uno de ellos ha confesado ser portador del virus del sida, lo que provocó que las autoridades sanitarias citaran ayer en el hospital a todas las personas agredidas, para comprobar si al ser apuñalas con una misma arma han sufrido un contagio.

El agresor, un berlinés con antecedentes penales cuya identidad no ha sido difundida, atacó indiscriminadamente a las personas con quienes se fue cruzando por la calle y allí mismo lo detuvo la policía, que más tarde informó de que se trata de un vecino del barrio de Neukoelln, una zona con serios problemas sociales.

El hecho ocurrió en las proximidades del Reichstag y de la nueva estación de tren, que acababa de inaugurar la canciller alemana, Angela Merkel, con una gran fiesta de música y fuegos artificiales.