Un hombre de unos 30 años se cortó el pene y lo arrojó por el retrete en su domicilio de Salamanca "para no pecar más". Gracias a la intervención de un familiar que se encontraba con él en la vivienda, el individuo fue hospitalizado poco después del suceso y, si no hay complicaciones, su vida no corre peligro.

Los hechos ocurrieron en la calle Alarcón del barrio salmantino de San Bernardo, donde residía el individuo que, con un utensilio cortante se seccionó el miembro, tras lo cual decidió tirarlo por el retrete "para no pecar más". Minutos después, un familiar de la víctima encontró al herido y llamó a los servicios sanitarios, que actuaron con rapidez para evitar que se desangrara, según publicó ayer La Gaceta Regional de Salamanca.

Gracias a la intervención de este familiar el hombre fue hospitalizado en el Clínico Universitario de Salamanca, y según el informe médico, si no hay complicaciones, su vida no corre peligro. Los servicios sanitarios se plantean ahora si el herido, que puede tener algún problema psicológico puntual, debería ser internado en un centro para enfermos mentales.

CASTIGOS CONYUGALES Este caso es poco habitual, ya que en las crónicas de sucesos, la mutilación genital masculina suele estar protagonizada por la cónyuge del herido debido precisamente a que el marido peca demasiado, sin embargo no es habitual que sea el propio interesado quien decida cortar por lo sano . Desde el caso de la inglesa Lorena Bobbit que en los 90 cortó el pene a su marido tras una discusión, otras mujeres también han protagonizado sucesos de este tipo.