Hasta ayer, la irlandesa Rosana Davison (en la foto, al ser coronada por su antecesora, la turca Azra Akin) apenas era conocida en su barrio por ser la hija del cantante Chris de Burgh, aquel baladista romanticón de Lady in red. Pero su rumbo cambió cuando el jurado de Miss Mundo la eligió como la mujer más bella del planeta ante 2.000 millones de telespectadores. La joven, de 19 años, no fue la única que hizo historia. China, el país anfitrión, dio un paso más en su aperturismo cosmético al acoger por primera vez un concurso internacional de belleza, después de que Mao los prohibiera.

La efectista sesión de maquillaje tuvo lugar en la turística isla de Hainan, el llamado Hawai chino. Allí, antes de encasquetarse la tiara, la miss irlandesa anunció que pone belleza y su 1,81 metros de altura al servicio del mundo: "Soy una persona divertida y humilde, y me gustaría ser una gran embajadora para mi país y todas las mujeres del planeta". La chica, estudiante de Arqueología, Sociología e Historia del Arte en Dublín, salió victoriosa y con un talón de 100.000 dólares. Completaron el podio la canadiense de origen iraní Nazanin Afshin-Jam y la china Guan Qi.