Berta Beunza tenía 22 años y trabajaba como cuidadora de ancianos en una residencia de Pamplona. Ayer, se convirtió en la séptima víctima mortal de la violencia doméstica en lo que va de año. Su agresor, con quien había mantenido una relación sentimental, le asestó dos tiros con su escopeta de caza. Acto seguido, se suicidó.

El brutal suceso ocurrió a las 7.45 de la mañana. A esa hora, Berta acababa de salir de la casa de sus padres y se metió en el coche para ir al trabajo. Nada más arrancar, David Torrado --que la esperaba cerca-- se acercó al vehículo y disparó dos veces contra su cabeza.

Inmediatamente después, el agresor, de 26 años, se pegó un tiro. Su cadáver fue localizado a dos metros del Peugeot 206 de la joven. Fuentes de la investigación explicaron que la escopeta estaba a su nombre, que tenía los permisos en regla.

Familiares de Berta dijeron que salieron juntos "en alguna ocasión" pero añadieron que ella tenía ahora otra pareja. Ninguno explicó si habían tenido problemas antes. Sí se supo que nunca lo denunció.