Durmiendo en una finca, detrás de una alambrada, y con la ropa ensangrentada. Así encontró la policía, ayer al mediodía, a A. R. R, de 26 años, quien tan sólo unas horas antes había apuñalado a su compañera sentimental, Angeles G. B., de 18 años, con la que tenía tres hijos pequeños. El mediano, de 18 meses, presenció la agresión y su ropa también tenía manchas de sangre de su madre, quien ya había denunciado malos tratos.

Los hechos se produjeron en la madrugada del domingo, en la barriada El Tinte, una zona marginal de Utrera (Sevilla). Por motivos que aún se desconocen, la pareja, de etnia gitana y que llevaba cinco años conviviendo, inició una fuerte discusión. El joven terminó apuñalando a la mujer varias veces y luego huyó del domicilio conyugal.

La familia de la víctima, que residía en las inmediaciones, avisó a la Guardia Civil, cuyos agentes la hallaron en casa, aún consciente, en medio de un charco de sangre. Angeles falleció minutos después cuando era trasladada a un centro sanitario.

Al mismo tiempo, las fuerzas de seguridad montaron un dispositivo para localizar al agresor. Unos agentes de la Policía Local le encontraron a la una de la tarde durmiendo en una finca a las afueras de Utrera, escondido tras una alambrada.

El detenido tiene numerosos antecedentes, la mayoría robos relacionados con su adicción a las drogas, y hace sólo dos meses salió de la cárcel tras haber pasado una temporada encerrado por haber agredido a su pareja cuando ésta estaba embarazada del hijo menor. Angeles quedó bajo la tutela de su madre al ser aún menor de edad y el ayuntamiento trató de ayudarle a alejarse de su agresor, pero ella no aceptó la ayuda al confiar en que su pareja cambiaría.

La joven incluso denunció su situación en televisión, llegando a admitir que había retirado las denuncias por miedo a perder a sus tres hijos, de 2 años y medio, 18 meses y 9 meses. "Quité la denuncia porque me amenazó con no volver a ver a los niños".