A los jóvenes españoles les resbala la política y todo lo que suene a compromiso social. Ellos, al contrario de lo que ha sucedido en otras épocas, no son rebeldes. ¿Por qué? Porque el mundo los ha hecho así. Al menos, eso es lo que ellos aseguran. Esta es una de las principales conclusiones del estudio elaborado por el Instituto de la Juventud (Injuve) y la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) presentado ayer en Madrid. Que tomen nota los políticos. Siete de cada 10 jóvenes creen que defienden únicamente sus propios intereses.

Indiferentes y sin ideas políticas

Seis de cada 10 jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años se muestran desinteresados por la política y el compromiso social. Aunque no todos esgrimen las mismas razones, según explicó el coordinador del estudio, Eusebio Megías.

Dentro de los desinteresados, el grupo más numeroso (28,6%) es el de los indiferentes, que se caracterizan por la "absoluta falta de interés". "Aceptan la política como algo que viene dado", destacó. Se trata de chavales que no están informados ni tampoco quieren estarlo. Además, no encuentran razones para movilizarse, a excepción de sus propios intereses: trabajo y vivienda.

El segundo colectivo es el de los escépticos (21,2%), cuyo desinterés por la política es fruto de la frustración. Al igual que ocurre con los indiferentes, se trata de jóvenes que sólo encuentran razones para movilizarse en la calle para defender sus propios intereses, incluidos "la unidad de España" o "los privilegios frente a inmigrantes".

En último lugar están los que se consideran apolíticos (11%), que desprecian la política y son los que menos dispuestos están a votar en las elecciones. Apenas encuentran razones para movilizarse, a excepción de "defenderse de los inmigrantes". Su postura roza la xenofobia.

Defender o criticarel sistema establecido

A pesar del escepticismo generalizado, casi cuatro de cada diez creen en la política y en el compromiso social. Sin embargo, los hay que defienden el sistema establecido apenas sin rechistar, pero también quienes reniegan de él. Los primeros (21,2%) están calificados en el informe como "de partido". Es un colectivo muy informado que no quiere cambiar las cosas sino mejorarlas. Abundan los que tienen más edad y han pasado por la universidad. Sus razones para movilizarse son altruistas. Por ejemplo, defender a los débiles.

El último grupo es el de los "proactivos" (17,9%), que gozan de una vida política y social más activa. Tanto que, según el coordinador del estudio, "se sienten frustrados e irritados por los aspectos más formales de la política establecida". De hecho, están dispuestos a votar.

Su postura es de izquierda y mayoritariamente se trata de jóvenes que se confiesan ateos o agnósticos. "Consideran que la defensa de los inmigrantes es una buena razón para movilizarse y, además, están a favor de asuntos polémicos como el aborto, la eutanasia y el matrimonio entre personas del mismo sexo", explicó Megías. Dentro del colectivo de los proactivos, abundan los que no viven con sus padres y los que fueron a la universidad.

El 20% no se ubica en alguna ideología

Los jóvenes son mayoritariamente de centro. Al menos, eso es lo que afirman el 30,8% de los encuestados. El 27,3% optan por la izquierda, mientras que el 9,8% lo hace por la derecha. El 9,3% se declara abiertamente próximo a la extrema derecha y el 2,8%, a la extrema izquierda. Sin embargo, hay un porcentaje nada desdeñable, uno de cada cinco, que no sabe o no contesta acerca de su ubicación ideológica.

Los medios de comunicación tampoco salen bien parados en la encuesta. A juicio de los jóvenes, la prensa, la radio y la televisión "informan sólo de lo que les interesa". Para ellos, sólo son "un instrumento de márketing de las corrientes de acción ideológica y económica que los sustentan". Conclusión: "Es preferible desconocer a ser engañado por los medios". El principal tema de actualidad por el que se interesan es la violencia machista. El segundo, el terrorismo.

La juventud no essinónimo de rebeldía

Los tiempos cambian y los jóvenes de ahora lo tienen claro. No son ni rebeldes ni reivindicativos ni inconformistas. El estudio de la FAD y el Injuve demuestra que, sencillamente, el mundo los ha hecho así. "Somos así. Nos han hecho así. Nos han educado así. Nosotros no somos responsables. Son otros lo que tendrían que cambiar las cosas", afirman.

Entonces, ¿qué significa ser joven? Está claro: Disfrutar de la vida. "Ser joven es aprovechar al máximo las circunstancias, disfrutar de un cierto estatus de irresponsabilidad donde prima el hedonismo", dice Megías.