Aceite de oliva virgen extra hay muchos, pero pocos como Primicia. Elaborado por Martín de Prado, marca solvente y responsable, atesora reconocimientos internacionales interminables. Está considerado el cuarto mejor aceite de oliva virgen del mundo, según Evooleum Evoo Awards. Tiene la Medalla de Plata en Los Ángeles Olive Oil Competition, Premier Medal en Olive Japan 2017, Medalla de Oro en New York International Olive Oil Competition, Medalla de Oro en China 2017 Olive Oil Competition y Gran Prestige Gold enTerraolivo 2017, Jerusalem.

Eso no diría nada si no explicásemos su sabor. Primicia es un ‘blend’ de edición limitada que presenta un frutado intenso con notas verdes de hierba recién cortada, eucalipto, alcachofa y manzana. En boca es muy equilibrado y persistente, con matices casi inagotables en el postgusto. Eso sí, lo mejor es probarlo. Primicia es un homenaje al esfuerzo de todo el equipo de Martín de Prado durante la campaña, y a Extremadura. Primicia se elabora con la ilusión de la búsqueda del aceite de oliva virgen extra perfecto, innovando con variedades menos conocidas, que se recolectan tempranamente, y cuya extracción se dirige por separado hasta lograr perfiles sensoriales únicos.

Junto a Primicia, Martín de Prado, produce cuatro tipos de aceites monovarietales: Arbequina, Cobrançosa, Picual y Manzanilla de Villuercas. ¿Cómo disfrutar de los aceites Martín de Prado? A discreción. Son perfectos en ensaladas, pero muy recomendables en carpaccios, aliños de pulpo, platos de anchoas, elaboración de salsas, repostería y, por supuesto, en todo tipo de guisos y frituras de alta cocina para dar el toque perfecto a platos premium.