La opción de un grupo de padres de no vacunar a sus hijos ha provocado una decisión sin precedentes en España. Un juez de Granada ha tenido que ordenar que se inocule forzosamente a 35 menores para tratar de controlar un brote de sarampión que afecta ya a 46 personas, muchas de las cuales han tenido que ser hospitalizados por la virulencia de la enfermedad.

El sarampión es una enfermedad muy contagiosa, aunque cursa de forma leve ya que la vacuna, no obligatoria y que en Andalucía se inocula a los 15 meses y los 3 años, inmuniza de forma efectiva. Por eso pocos se alertaron cuando a principios de noviembre se detectaron un par de casos en un colegio del Albaicín granadino. Pero poco a poco el número de contagiados aumentó y saltó la frontera del centro educativo e incluso del barrio. La enfermedad ha afectado ya a 46 personas --17 de las cuales son menores de 15 meses-- y hasta ayer 3 de las 14 que necesitaron hospitalización seguían ingresadas.

SALUD PUBLICA La Delegación de Salud de la Junta tomó cartas en el asunto y quiso vacunar a los bebés de 12 meses y a los niños que no lo estuvieran de la zona para frenar el brote y evitar que se convirtiera en un problema de salud pública. Se contactó con unos 80 padres que o no habían inoculado la vacuna a sus hijos o no habían completado las dosis necesarias. Y fue cuando surgió el problema: cinco familias se negaron a vacunar a sus hijos, mientras que otras 52 familias ni siquiera contestaron. Las 22 restantes tenían las cartillas de vacunación en regla, aunque no informaron.