El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Sant Boi de Llobregat ha tomado declaración a la menor ecuatoriana que fue víctima de un ataque racista en los Ferrocarrils de la Generalitat, al agresor y al testigo de los hechos del pasado 7 de octubre.El juez estudiará las declaraciones y las pruebas forenses que se han practicado a la víctima y decidirá si decreta el ingreso en prisión o pone en libertad al acusado que, mientras tanto, permanece en las dependencias judiciales a la espera de la decisión judicial.El abogado de la chica ecuatoriana no ha hecho ningún tipo de declaración a la salida del juzgado, mientras que el defensor de Sergi Xavier Martín se ha limitado a comentar que confía en la justicia "a pesar del circo mediático".Exploración médicaLa víctima ha llegado por la mañana al juzgado, acompañada de su madre y su hermana, de dos representantes del consulado de Ecuador en Barcelona y de su abogado, Juan Córdoba. La joven iba además escoltada por un guardaespaldas y se cubría el rostro con el pelo, tratando de eludir a las decenas de medios que la esperaban.La menor se ha sometido a la exploración del médico forense para determinar si sufre lesiones físicas o psíquicas debido a la agresión racista, y ha declarado ante el juez a primera hora de la tarde.Martín ha llegado sobre la misma hora que su víctima. El testigo del suceso, que aparece impasible en el vídeo del tren, se ha presentado sobre la una de la tarde para declarar.Vecinos curiosos y amigos del atacanteA las puertas del juzgado de Sant Boi se han concentrado numerosos vecinos de la localidad, atraídos por la expectación causada por la presencia de numerosos medios de comunicación, que han desplazado al lugar varias unidades móviles.Varios jóvenes, amigos del agresor, también han acudido a las puertas del juzgado y han grabado con una cámara de vídeo a los periodistas.La ministra de Asuntos Exteriores de Ecuador, María Fernanda Espinosa, pidió ayer a los medios de comunicación que no acosaran a la menor porque está muy afectada e incluso ha tenido que cambiar de domicilio para evitar a la prensa.