Ha muerto Julio Fernández Nieva, ha llegado a la muerte y ha pasado al Padre Dios en el que creía y en el que esperaba. Recuerdo siendo alumno suyo en el Seminario de Badajoz de historia de la Iglesia, cómo al comenzar la clase se inclinaba de rodillas en la tarima de profesor y con una unción que nos sobrepasaba a todos rezaba la oración del Padre Nuestro sencilla y desnuda, cuántas generaciones de curas aprendimos a mirar la historia y los siglos contigo --yo recuerdo en especial un trabajo sobre la bula-- UNAM Sanctam con las dos espadas, la espiritual y la temporal . Más tarde lo encontré como profesor e historiador en la Facultad de Educación en Badajoz, tras muchos años en la antigua escuela de magisterio, ahí ha sido investigador con su línea específico, profesor y director del departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales, han sido muchos años en los que han pasado por sus manos generaciones enteras de maestros a los que ha intentando transmitirle sabiduría auténtica y valores permanentes. Siempre le preocupó la vida, la sociedad, las causas y las consecuencias de los hechos sociales y culturales. A toda esta vida profesional se le unía una vida familiar intensa donde ha ejercido de esposo, sintiéndose siempre querido, y padre lleno de ternura y confianza. Ha conocido dolor, soledad, a la vez que la alegría y acompañamiento. Ahora le toca recibir el ciento por uno y a nosotros seguir en la brecha, en el otoño de la vida para seguir arando, abriendo el surco y sembrar, que es el oficio más digno del hombre en la historia, sembrar lo auténtico para cosechar lo definitivo y lo eterno. Que Dios te tenga en su gloria, amigo y maestro Julio.

José Moreno Losada

Capellán universitario