"Está más joven en persona", "Miranda está guapísima" y "¿al final ha venido Papuchi ?", fueron las frases más escuchadas el viernes en Málaga. Julio Iglesias dio el pistoletazo de salida a la Feria malagueña y nadie quiso dejar escapar la oportunidad de verlo de cerca. Mucho antes de la hora prevista, miles de personas se arremolinaron ante la Casona del Parque para no perderse detalle y escuchar el pregón que dio inicio a la fiesta, en uno de los actos más multitudinarios que se recuerdan en los últimos años.

BAÑO DE MULTITUDES Vestido de azul oscuro y acompañado por el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, y el concejal de Cultura, Diego Maldonado, Iglesias (en la foto, a izquierda y derecha del cantante) llegó al ayuntamiento tras cenar con algunos miembros del Gobierno municipal y su familia. El recorrido hasta el consistorio fue un baño de multitudes. El padre de Chabeli tuvo que atravesar sin guardaespaldas una plaza llena de fans entregados.

Todos querían tocarlo, besarlo, fotografiarlo, abrazarlo y, a ser posible, conseguir un autógrafo. Y Julio pareció no agobiarse, dada la amabilidad con la que respondió a las muestras de cariño de una ciudad entregada. La única pega: Miranda Rijnsburger, el doctor Iglesias Puga ( Papuchi ) y su esposa prefirieron quedarse en La Alcazaba con el resto de vips y seguir el pregón desde unas pantallas gigantes. La foto de familia no pudo ser.

En el balcón, el pregonero respondió a las expectativas creadas e, incluso, las superó, a la vista de las caras de felicidad de los asistentes. Sin levantar la vista del papel, el autor de Hey evocó la Málaga de su juventud. La ciudad en la que se recuperó del accidente que truncó su carrera de futbolista y lo convirtió en cantante. "Aquí volví a caminar y a sentirme libre --expuso--. Amo esta ciudad porque aquí sentí de nuevo la vida".

GRITOS Y ´OLES´ Toda una declaración de intenciones de lo que vendría poco más tarde, cuando en su breve pregón (10 minutos) el cantante más internacional hizo un recorrido por diversos barrios de la capital. Entre aplausos y gritos de "olé" y "pero que bien habla", no faltó tampoco la referencia al "mar azul, color cielo y Mediterráneo que llenó de luz e inteligencia la mirada de Picasso".

El afecto que el cantante siente por Málaga no viene sólo de sus estancias veraniegas. "Amo a esta ciudad porque creo en sus gentes y en su tierra", explicó el cantante.

"Ha sido maravilloso, gracias por la noche que me habéis dado", fue la última frase del pregón y el prólogo de un nuevo baño de masas hasta la Alcazaba, desde donde el pregonero contempló los fuegos artificiales.