Obtener el dato de que un 18% de las embarazadas de la población de Manhi§a (Mozambique) están infectadas por el virus del sida ha supuesto emprender una lenta campaña de persuasión en un país en el que las mujeres no se hacen un análisis de sangre sin el permiso del marido, y éstos consideran tabú hablar del sida. Los sanitarios del Centro de Investigación en Salud de Manhi§a, que financian la Generalitat y la Fundació Clínic, luchan contra ese y varios frentes más en Mozambique, uno de los tres países más pobres del mundo según el Banco Mundial.

El sida es el peor de esos conflictos. Ha reducido a 43 años la esperanza de vida de la población mozambiqueña, y las proyecciones dicen que no llegará a los 35 años en el 2010. La mortalidad infantil alcanza a 145 de cada mil recién nacidos, y un 40% de las mujeres ya han sido madres antes de los 19 años. Los servicios sanitarios básicos no están al alcance de un altísimo porcentaje de la población de un país en el que un 70% de su producto interior bruto (PIB) depende de la ayuda que le ofrecen los países desarrollados.

Estructura para la terapia

Ese es el mapa en el que han decidido intervenir el Govern y el Clínic. Para hacerlo, han acotado un área de Manhi§a en la que viven 70.000 personas, y se han coordinado con el Ministerio de Salud de Mozambique, ya que es el receptor de los fármacos antisida que le envían algunos organismos filantrópicos, como son el Fondo Global contra el Sida o la Fundación Clinton. Esos medicamentos antirretrovirales, caros, no se pueden administrar si antes no se han creado los laboratorios que puedan supervisar su efecto, así como las infraestructuras sanitarias que permitan administrarlos.

De todo esto se ocupará el personal del Clínic y la Generalitat, que financia al completo ese entramado. El consejero de Gobernación, Joan Carretero, anunció ayer la aportación anual de 300.000 euros (50 millones de pesetas) desde el próximo enero. "Hemos censado a 120 enfermos de sida, que serán los primeros en recibir tratamiento--dijo Joaquim Gascón, coordinador del centro del Clínic en Manhi§a--. Antes de darles los fármacos, esas personas pasarán por el laboratorio, donde determinaremos la cantidad de VIH que tienen en la sangre y el estado de su sistema inmunológico". Sin esos datos no es posible fijar la terapia ni controlar su efecto.

Ampliación de miras

El centro de salud de Manhi§a extenderá sus objetivos en el 2005 a través del proyecto Plataforma VIH/Sida, la primera prospección rigurosa que medirá la realidad de esa epidemia en Mozambique. Contará con la colaboración de la Agencia Catalana de Cooperación par el Desarrollo (ACCD), que tiene entre sus objetivos participar de forma directa en los presupuestos del Ministerio de Salud, junto a otros países.

Esa plataforma se ocupará de informar a la población sobre lo que es el sida y las formas de evitar su infección, dos temas sobre los que existe un general rechazo. "Una de las trabas con que nos encontramos es la negativa a hacerse la prueba del VIH entre personas que muy posiblemente están infectadas --explicó Gascón--. Nuestra intención es llegar a esos enfermos y a sus familias".

El analfabetismo de Mozambique es otro objetivo de la ACCD. Un 46% de los adultos son analfabetos, aunque sólo un 23% de las mujeres saben leer y escribir.