Rocío respira algo más tranquila. Un juzgado de Sevilla ha autorizado a esta joven de 17 años a donar parte de su hígado a su pequeña hija si la niña empeora de la grave enfermedad hepática que sufre y no llega un trasplante de cadáver, pese a no tener la edad legal exigida para esta donación. La justicia ha tenido en cuenta el posicionamiento a favor del fiscal y de los especialistas, así como la "plena capacidad" de la madre para entender la situación.

Hace apenas una semana, Rocío y su madre solicitaron un permiso especial para poder hacer esa donación a la pequeña Naora. La joven pidió que, si no llega un órgano para su hija --que está en lista de espera para una donación de cadáver aunque no recibe la clasificación de máxima gravedad--, fuera ella quien pudiera salvar la vida del bebé. Rocío temía que la niña empeorara antes de que ella cumpliera la mayoría de edad, dentro de cinco meses, cuando ya no habría obstáculo legal para el trasplante.

El abogado de la joven, Juan Manuel Gabella, explicó que el juzgado de primera instancia número 17 de Sevilla se ha acogido a un vacío legal en la normativa de octubre de 1979 que impide las donaciones en vida a los menores de edad.

El juez explica que "la menor es consciente de los riesgos de la intervención y que tiene plena capacidad para entender sobre lo actuado". El permiso, como ha recordado la consejera andaluza de Salud, María Jesús Montero, no supone la intervención inmediata, sino la capacitación para que la madre, en caso de que la bebé empeore y no llegue la donación que esperan, pueda tomar una decisión sobre si quiere o no ser la donante.

Rocío conoció la noticia cuando se dirigía a Córdoba para unas pruebas de Naora y agradeció a los jueces, fiscales y médicos "que han hecho posible que se abra esta vía". Explicó que "cuando los médicos digan que el hígado no llega y ella puede empeorar, recurrirán a mí".