La furia de la naturaleza se desató ayer sobre los estados de la costa del golfo de México en EEUU. Katrina , que durante unas horas fue un huracán de categoría 5 --la máxima en la escala Saffir-Simpson--, tocó ayer tierra en Luisiana reducido a categoría 4 y prosiguió su avance por el interior perdiendo intensidad progresivamente --a última hora se redujo a categoría 1--, pero manteniendo la devastación en ese estado, en Misisipí, en Alabama y en el noroeste de Florida, donde se emitieron alertas de tornados.

Pese a que el ojo del huracán no azotó directamente, como se había calculado, a la ciudad de Nueva Orleans, la urbe, situada dos metros bajo el nivel del mar, era escenario de destrucción: diques desbordados, calles inundadas, edificios devastados y alguno derrumbado, pérdida de suministro eléctrico y una perspectiva desoladora para decenas de miles de habitantes, sin luz ni teléfono.

CIFRA RECORD El 20% de la población urbana no pudo cumplir la orden de evacuación dada el domingo. Muchas de esas personas sufrieron incluso dentro de los refugios el poder destructor del Katrina , que ya se estima será el huracán que ocasione más pérdidas económicas en la historia de Estados Unidos. Las aseguradoras hablan de daños por más de 21.000 millones de euros (3,4 billones de pesetas), 5.000 millones más de lo que costó el huracán Andrew en 1992. Al menos dos plataformas petrolíferas se encontraban a la deriva en el golfo de México y nueve aeropuertos tuvieron que ser cerrados en la región.

Tras desplazarse un poco a la derecha de la trayectoria que había sido prevista por el Centro Nacional de Huracanes de EEUU y perder algo de intensidad, el Katrina tocó tierra a las 6.10 horas de la mañana (las 13.10 horas en España). Lo hizo en la localidad de Buras y libró a Nueva Orleans de un impacto directo.

Pese a ello, los vientos soplaron a más de 200 kilómetros por hora y las aguas desbordaron al menos uno de los diques. Las autoridades confirmaron la inundación de una de las zonas más deprimidas de una ciudad de casi medio millón de habitantes, que es uno de los principales destinos turísticos del país pero no goza de prosperidad económica.

Fueron precisamente los habitantes con menos recursos quienes no pudieron cumplir la orden de evacuación dada el domingo por el alcalde, Ray Nagin, que ayer estimaba que casi el 80% de la población sí había podido huir.

Cerca de 10.000 personas que tuvieron que quedarse en el mayor refugio, organizado en el estadio Superdome, comprobaron pronto la potencia del huracán. En el tejado del complejo se abrieron dos agujeros y el agua empezó a filtrarse.

LA MUERTE DE UNA MUJER Una mujer murió al caer un árbol sobre su coche en Misisipí, y la gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, admitió temer que "haya un montón de muertos ahí fuera". Desde el jueves, Katrina ha causado 12 muertos en EEUU y el Caribe.

El presidente de Estados Unidos, George Bush, volvió ayer a dirigirse a los habitantes de la zona. "Nuestra costa del golfo está siendo golpeada y golpeada con fuerza", reconoció Bush, quien pidió a los ciudadanos "que sigan escuchando a las autoridades locales, tomen precauciones y no abandonen los refugios".

El presidente estadounidense se comprometió a hacer llegar ayuda federal. "Mientras --continuó-- América rezará por la seguridad de todos los ciudadanos".

Las oraciones no serán suficientes para restaurar el suministro eléctrico a los 1,3 millones de habitantes que perdieron la conexión de luz y las 670.000 que se quedaron sin teléfono en los estados de Luisiana, Misisipí, Alabama y Florida. Las autoridades admitieron que cientos de miles de esos ciudadanos estarán sin servicio en semanas.

Tampoco servirán las oraciones para devolver la seguridad sobre la calidad del agua. Las autoridades hablaban ayer ya de la posibilidad de que el agua se haya contaminado. Pete Schneider, miembro de la Guardia Nacional, mencionaba cientos de informaciones no confirmadas de diques saturados.