El presunto asesino de las jóvenes malagueñas Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes engordó ayer el historial de horrores del que se ha declarado autor admitiendo ante el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Coín, Gonzalo Alonso, que desde 1998 había cometido tres violaciones en la Costa del Sol.

Los investigadores sospechan, sin embargo, que el camarero británico Tony Alexander King, de 38 años, podría haber protagonizado más agresiones sexuales, algo que incluso habría dado a entender a lo largo de la declaración. El juez ordenó anoche su ingreso en prisión y poco después fue trasladado a la prisión provincial de Alhaurín de la Torre.

King, que ya había ofrecido a la Guardia Civil detalles de las violaciones, acompañó en la madrugada del domingo a los agentes hasta los lugares donde supuestamente se habían perpetrado para que constatasen la verosimilitud de su relato.

DENUNCIAS

Fuentes de la investigación añadieron que, según el británico, solía actuar tras haber ingerido grandes cantidades de alcohol, lo que le provocaba "problemas de impotencia" que le impedían consumar las agresiones. La Guardia Civil cree que algunas no han llegado a ser denunciadas.

King reiteró al juez, ante el que estuvo declarando durante buena parte del día en la comandancia de la Guardia Civil de Coín, que había asesinado a Rocío e insistió en la versión ofrecida en los interrogatorios previos de que la muerte de Sonia había sido producto de "un accidente". Los agentes encargados del caso rebaten esa última afirmación y la consideran poco creíble dada la cantidad de heridas que mostraba el cuerpo de la chica.

PLACER EROTICO

El presunto asesino actuaba "por impulsos sexuales", de acuerdo con lo observado por los investigadores, que sospechan que, en el caso de Rocío, la chica se resistió a los deseos del agresor y después de causarle graves lesiones decidió matarla. El ciudadano británico también habría declarado que sentía placer erótico al acariciar los cadáveres de sus víctimas, según Efe.

Respecto al amigo de King detenido en Nerja, Robie Graham, ayer seguía en la comandancia de la Guardia Civil de Málaga a la espera de que aclare si ayudó a aquél a trasladar los cuerpos de las dos chicas.

La Guardia Civil estaría a la espera de realizar una nueva detención vinculada con el caso. Se trata de un tercer ciudadano británico, también amigo de King, que podría haber colaborado en la comisión de los crímenes como cómplice o encubridor. Agentes del instituto armado trataron de localizarlo, sin éxito, al mismo tiempo que a Graham.

El inculpado por las muertes de Rocío y Sonia ha ofrecido en los interrogatorios un relato pormenorizado de lo ocurrido en el primer crimen, no así en el segundo. La Guardia Civil también ha localizado en un desguace un Ford Fiesta azul en el que King habría trasladado el cuerpo de Rocío hasta el paraje de Marbella donde en noviembre de 1999, un mes después de su desaparición, fue hallado el cadáver. El vehículo será sometido a un exhaustivo examen en busca de pruebas.

A lo largo de la declaración ante la Guardia Civil, el detenido ha negado haber estado en Motril, donde en agosto del 2000 desapareció la joven María Teresa Fernández, de 17 años. Los agentes todavía no descartan su posible relación con este caso.