La declaración del británico Tony King, acusado de las muertes de las jóvenes malagueñas Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes, ha dado un nuevo giro a la investigación de la desaparición de María Teresa Fernández, en agosto del 2000 en Motril (Granada), al involucrar a su amigo Robert Graham.

Durante su comparecencia como testigo ante el juez que instruye el caso, King reconoció haber escrito una carta dirigida a su exmujer, Cecilia Pantoja, y que nunca llegó a ésta, en la que aseguraba que le "haría pagar (a Graham) lo que le hizo a Rocío y a la chica de Motril". También declaró "intuir" que su compañero fue el autor de su muerte.

Para intentar confirmar el contenido de su declaración, King aseguró mantener una gran amistad con Graham, y que, por tanto, conocía sus "instintos asesinos y que disfrutaba matando".

El abogado de la familia de María Teresa, José Rojas, explicó que en todo momento se refirió a la joven como "la chica asesinada", ya que dice estar seguro de ello, a pesar de que Graham no se lo confesó nunca. Aunque no han trascendido muchos datos de la comparecencia, el letrado ha adelantado que King ha dado un dato importante para proseguir la investigación, así como informaciones concretas sobre otra desaparición, la de un joven de Marbella desaparecido hace ocho años.