-¿Cuál es la situación de las personas con enfermedad mental en Extremadura?

--Habría que diferenciar entre los que todavía hoy siguen sufriendo las consecuencias de la institucionalización psiquiátrica; y quienes por fortuna viven en la comunidad y han tenido la oportunidad de conocer un nuevo modelo de atención basado en un derecho fundamental: ser reconocidos como ciudadanos y por tanto, receptores de una atención digna y normalizada. Hemos mejorado pero aún nos queda mucho por hacer.

-¿Quién defiende al colectivo?

--Cuestión de opiniones; la mía es que aquí son muchos los elegidos pero pocos los enviados. En Extremadura tenemos Defensor del Sistema Sanitario, y Defensor de las Personas con Discapacidad; y está el Cermi, y Feafes, pero pocas veces reivindican y demandan públicamente mejoras. A modo de ejemplo, durante la campaña electoral en la que tanto se habló sobre las transferencias, alguien llegó a decir que era hora de que ese dinero fuera devuelto a los pueblos de Extremadura, como si los residentes en estos psiquiátricos no fueran extremeños y estos centros no estuvieran en nuestra región. Tengo que decir que es un colectivo indefenso.

-Hablemos de la transferencia de los psiquiátricos

--Es una asignatura pendiente desde hace años y que se esta demorando demasiado. Tanto que esta poniendo en tela de juicio la capacidad de negociación y acuerdo de las partes implicadas, la paciencia y expectativas de los profesionales y sobre todo esta poniendo en peligro la calidad de vida de las personas con enfermedad mental que residen en estos hospitales.

-¿Cómo debería ser el proceso?

--Abierto a la participación de las partes implicadas. Un proceso de transición activo, y no una negociación entre la Junta de Extremadura y las Diputaciones. Las corporaciones locales deben implicarse también. Transferir los psiquiátricos debería haber ido acompañado de un proceso de transformación paralelo. Debería verse como una mejora continua donde la satisfacción del paciente sea la máxima prioridad. A estas alturas quizás todavía los hospitales estarían sin transferir pero el periodo de transición habría dado resultados positivos para todos. Esperar a que los hospitales se transfieran para después transformarlos es hacer peligrar la dignidad y la salud de los enfermos.

-¿Cómo ve el futuro?

--Tengo confianza en el nuevo Plan de Salud. Estos enfermos son en primer lugar personas; luego ciudadanos de Extremadura; y por último enfermos. Verles sólo como enfermos para descargar la responsabilidad en el sistema sanitario es hacer demagogia y dejación de compromiso. Su futuro depende de todos.