Sus críticas directas a la jerarquía católica han convertido a este teólogo vinculado a la Teología de la Liberación y fundador de la progresista Asociación de Teólogos Juan XXIII, en una persona conocida en el ámbito de los medios de comunicación.

--¿Qué relación hay entre creyentes y no creyentes?

--Creo que vivimos en un tiempo de pluralismos donde las creencias están convirtiéndose en motivo de confrontación y de enfrentamiento entre los seres humanos. Hay una tendencia a elaborar discursos identitarios y creo que esos discursos dificultan la relación entre los creyentes y los no creyentes. La tesis que yo defiendo es que las creencias pertenecen al ámbito de lo privado, pero, al mismo tiempo, no tienen que ser motivo de divisiones y de conflictos, sino que creyentes y no creyentes tienen que converger en una ética mínima y en unos principios morales que permitan trabajar conjuntamente para la construcción de una sociedad más justa y más solidaria. Esa ética común tiene que estar basada en los grandes principios humanos, como la igualdad y la no discriminación, la justicia, la solidaridad, la paz y la defensa de la naturaleza.

--Dice que las creencias pertenecen al ámbito privado, ¿qué hace la religión en la escuela?

--Sólo se justifica si realmente se analiza la religión como un fenómeno social y un fenómeno cultural. Si la escuela se convierte en un espacio de transmisión de la fe ya se está produciendo el conflicto entre creyentes y no creyentes, por eso yo soy partidario de que se imparta, pero de manera laica y no confesional. La solución es establecer en el currículum Historia de las Religiones, como ha hecho con Educación para la Ciudadanía, una asignatura positiva y que puede dar excelentes resultados.

--¿Cuál debe ser el papel de la Iglesia Católica ante la Ley de la Memoria Histórica?

--Creo que hay dos actitudes que debe adoptar tanto la jerarquía como los cristianos de base: perdonar y pedir perdón, porque legitimó un sistema contra los derechos humanos y las libertades públicas. La petición de perdón se acordó pero la jerarquía católica aún no lo ha hecho de manera oficial. Su postura ante esta ley no es de reconocimiento de los muertos de la parte republicana, ha sido una memoria muy selectiva, excluyente, y solamente recuerda y rehabilita a los creyentes del bando nacional. También los nacionales ejecutaron a sacerdotes y religiosos por sus ideas republicanas y me sorprende que entre los 498 que se beatificarán el día 28 no hay ni uno solo que pertenezca al bando republicano.

--Se mostró muy crítico con el nuevo Papa, ¿cómo lo está haciendo Benedicto XVI?

--El actual pontificado es de continuidad plena, y no podía ser de otra manera porque Benedicto XVI fue el guionista del pontificado anterior, que fue conservador y crítico con la modernidad. Pero veo un cierto matiz: en este pontificado percibo síntomas de integrismo, sobre todo por su interés de dejar claro que la Iglesia Católica es la única y verdadera iglesia de Cristo, desviándose del diálogo con otras religiones y otras confesiones cristianas no católicas.