Los líderes de las mafias surgidas de la desaparecida Unión Soviética son ungidos, en auténticas ceremonias colectivas, con el cargo de vor y zakone (ladrón en ley). Con ese término se identifica a todos "aquellos que obedecen la ley de los ladrones", códigos de conducta forjados en las cárceles y gulags soviéticos.

En origen quienes ostentaban tal cargo, debían rechazar la acción política y cualquier tipo de empleo, así como negarse a hacer negocios y a obedecer cualquier orden que llegara del Estado. Actualmente, según Rusia, hay 149 ladrones en ley.