Agua en Marte y lagos en Titán, aunque de etano líquido. Lo ha confirmado esta semana la NASA y la Agencia Espacial Europea. Titán, una de las decenas de satélites de Saturno (la cifra exacta se desconoce) y, sin duda, uno de los cuerpos celestes más apasionantes del sistema solar, sería, puestos a soñar, navegable. No tiene los océanos líquidos que en su día se anunciaron, pero sí, según las imágenes de la sonda Cassini, en órbita alrededor del planeta de los anillos, alberga al menos un gran lago de proporciones equivalentes al norteamericano Ontario. De ahí que haya sido bautizado como Lacus Ontario.

Todo un hallazgo. ¿Por qué? Porque, hasta la fecha y que se sepa, la Tierra y Titán son los dos únicos cuerpos del sistema solar que disponen de lagos líquidos en superficie. En Marte tal vez los hubo, y además de agua, pero ahora hay que buscarlos, como ha hecho la sonda Phoenix con éxito, bajo tierra. En el caso de Titán, el secreto está en las extremas condiciones meteorológicas del satélite. A 180 grados bajo cero de temperatura, el etano no solo puede permanecer en estado líquido en superficie, sino que la actividad volcánica de Titán propicia episodios de evaporación, formación de nubes en altura y tormentas de lluvia. Lacus Ontario es, pues, un lago confirmado, pero hay más.