La congregación religiosa Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl, conocida en muchos países como la de las hermanas de los pobres, ganó ayer el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia al imponerse en las últimas votaciones a la Organización Nacional de Trasplantes y a la Organización Internacional del Trabajo, la otras dos candidaturas finalistas.

El jurado otorgó el galardón a la institución religiosa "por su excepcional labor social y humanitaria en apoyo de los desfavorecidos, desarrollada de manera ejemplar durante cerca de cuatro siglos" y "por su promoción, en todo el mundo, de los valores de la justicia, la paz y la solidaridad".

La congregación fue fundada en Francia en 1633 por san Vicente de Paúl y santa Luisa Marillac. En España cuentan con 6.400 miembros, que se dedican a intentar mejorar la situación de los colectivos más desfavorecidos gestionando servicios como residencias de mayores, comedores sociales, casas de acogida para mujeres maltratadas y centros de formación y educación. Está integrada en todo el mundo por 21.536 monjas repartidas en 2.91 comunidades, situadas en 93 países. Actualmente está encabezada por el padre Gregory G. Gay y la Madre Evelyne Franck, ambos de nacionalidad estadounidense.

La Fundación Príncipe de Asturias recibió más de 40.000 cartas y firmas de apoyo de todo el mundo a la candidatura, remitidas desde los cinco continentes. Al galardón, el último de los Príncipe de Asturias que se conceden este año, optaban 55 candidaturas de 17 nacionalidades. Cada uno de los premios está dotado con una escultura y 50.000 euros.