Las enfermedades del ano, del recto y del colon son cada vez más comunes en la sociedad actual debido, entre otras causas, al estrés diario, a malos hábitos alimentarios o a costumbres incorrectas a la hora de ir al baño. De hecho, el 70% de la población mayor de 65 años es propensa a sufrir este tipo de dolencias.

No obstante, la medicina ha evolucionado en el tratamiento de hemorroides, fístulas, quistes o fisuras, entre otras patologías anorrectales, aplicando técnicas quirúrgicas que conllevan procesos menos dolorosos para el paciente. Así, la cirugía con láser CO2 se está imponiendo al tradicional bisturí, ya que "produce heridas limpias que cicatrizan antes, se infectan menos y aminora el dolor en el postoperatorio", afirma Juan Santos, cirujano digestivo especializado en proctología que ha operado a más de mil afectados en la Clínica Virgen de Guadalupe de Cáceres.

Este láser quirúrgico, de 50 watios de potencia, emite un rayo de luz que vaporiza los tejidos sin lesionar la piel circundante. La anestesia es local y el ingreso en el centro hospitalario dura una noche. En cuanto a la capacidad de recuperación, el paciente puede realizar vida normal entre 7 y 10 días después de la operación.

Por último, el doctor Santos ha hecho un llamamiento a la población para que pierda el pudor y acuda al médico cuando sufra estas dolencias, ya que tratadas a tiempo pueden evitar la cirugía o males peores como tumores.