"Con vicio, más que afición, por la lectura", Rosario López quiso ser bibliotecaria "porque creía que se dedicaban a leer". Sin embargo, la profesión no debe haberle decepcionado cuando, con un currículum brillante, ha sido nombrada como la nueva presidenta de la Sociedad Española de Información y Documentación Científica (Sedic). Extremeña de origen y sentimiento, explica desde Madrid en qué consiste este cargo.

--La "renovación" es su objetivo, ¿no es una misión imposible, tratándose de archivos?

--Lo que intento no es tanto renovar los archivos, bibliotecas y centros de documentación, como los profesionales que trabajan en ellos. Entiendo que una parte importante del funcionamiento de las instituciones son los profesionales, por lo que mi trabajo se orienta hacia su renovación y el conocimiento de esa renovación, ya que están mucho más avanzados de lo que parece.

--¿Cuál es su plan?

--Tiene dos líneas. La primera es la de trabajar en la formación de estos profesionales: mejorar y adecuar la oferta a la demanda. La otra consiste en mejorar la presencia institucional de Sedic en cualquier ámbito, tanto del ámbito público como privado, para que se reconozca la labor de los documentalistas como los gestores de la información.

--Gestionando ese factor que, según los estudiosos, marca nuestra era --la sociedad de la información--, ¿siente el poder?

-No, tanto como eso, no, lo que siento es la responsabilidad, porque en una profesión como esta hay muchas esperanzas puestas en la labor de estos profesionales y de sus representantes.

--Representa a unos 10.000 documentalistas, ¿cuántos pueden ser extremeños?

--Es difícil calcularlo, porque solo hay datos de las bibliotecas públicas, pero hay muchos documentalistas que trabajan en empresas privadas y son opacos. Desgraciadamente, Extremadura no es una de las comunidades con más documentalistas.

--Proviniendo de una zona con poca tradición en este área, ¿no es raro llegar tan alto?

--Extremadura sí que tiene una tradición de bibliotecarios; no hay que olvidar que uno de los primeros y más importantes, Arias Montano, era extremeño. Y bien orgullosos que debemos estar de él. Además, cuando era pequeña, José María Alvarez, entonces director de la Biblioteca de Mérida --que yo adoraba-- me orientó en este camino; algo que le agradezco profundamente.

--¿Entonces piensa seguir ampliando currículum?

--A mí es que aprender me divierte, desde pequeña, porque hay tantas cosas que nos rodean y son tan atractivas, que la lástima es que la vida no sea más larga para seguir aprendiendo. Por eso sí que tengo ganas de seguir aprendiendo cosas, y no solo sobre Documentación.