El hecho de que muchos jóvenes escriban "kdmos xa cnar?" en vez de "¿quedamos para cenar?" sorprende --e incluso indigna-- a algunas personas. Los lingüistas, en cambio, se muestran condescendientes con el fenómeno. Alberto Gómez Font, de la Fundación del Español Urgente (Fundéu), argumenta que "las abreviaciones para ahorrar tiempo o dinero han existido siempre". "En los telegramas se suprimían artículos, preposiciones y conjunciones y, aunque hubo quien puso el grito en el cielo, nunca se produjo menoscabo de la lengua", explica. "El lenguaje de los SMS es propio de un registro específico y no afecta a otros usos", concluye.