El presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco, aseguró ayer que la nueva ley del aborto conllevará "más coacción y más violencia machista hacia la mujer para que aborte". Blanco, exalto cargo con el Gobierno de Aznar y convocante de las manifestaciones contra los matrimonios homosexuales, abrió ayer la comparecencia de expertos en el Congreso de los Diputados para la reforma de esta ley. El experto, designado por el PP, hizo un encendido alegato antiabortista al más puro estilo de las llamadas organizaciones provida. Mientras, la portavoz parlamentaria del los populares, Soraya Sáenz de Santamaría, apostó por un debate "sereno" y "no partidista" y reclamó "consenso".

Con su habitual demagogia, Blanco pidió al Gobierno que haga "pedagogía pública" y luche contra el aborto "como se hace contra el tabaco, los accidentes de tráfico y la violencia doméstica".

Por el contrario, para Marisa Soleto y Justa Montero, designadas por el PSOE e IU-ICV, la nueva norma debe despenalizar totalmente la interrupción del embarazo, sacándolo del Código Penal, y regular la objección de conciencia de los médicos que no quieran practicar abortos.