Los alumnos españoles gastarán este curso académico una media de 111,21 euros en libros de texto, cuyo precio sube un 3,8 por ciento con respecto al año anterior, ha informado hoy la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (ANELE).

Por niveles educativos, los manuales que más aumentan sus precios son los de Primaria, con un incremento del 4,2 por ciento, seguido de Infantil (4,1%), Secundaria Obligatoria (3,3%) y otras Enseñanzas Medias (3,2%).

Los editores destacan, en un comunicado, que frente a la subida media del 3,8 por ciento, la tasa del IPC de julio se sitúa en el 5,3 por ciento. ANELE llama además la atención sobre la diferencia de gasto entre unas comunidades autónomas y otras.

Así frente a los 148,80 euros que se invierten en la región de Madrid en Castilla-La Mancha se reduce a sólo 67,11 euros por alumno y año.

En Cataluña el gasto medio asciende a 131,96 euros; en Baleares a 126,05; en Aragón, a 121,3; en el País Vasco, a 119,90; en La Rioja, a 119,2; en Asturias a 115,08; en la Comunidad Valenciana, a 108,94, y en Cantabria, a 106,20.

En Castilla y León la cuantía media se eleva a 105,9; en Murcia a 100,45; en Canarias a 98,4; en Galicia a 97,9; en Andalucía, Ceuta y Melilla a 89 euros; en Extremadura a 87,7, y en Navarra a 84,9.

Para el próximo curso 2008-2009, se han editado más de 23.000 títulos en todas las lenguas oficiales de España. Según el comunicado de ANELE, la facturación de libros de textos superó en 2007 los 803 millones de euros, 651 millones menos que en video-juegos.

Sobre el préstamo de los libros usados establecidos en algunas comunidades, los editores sostienen que el sistema está teniendo repercusiones muy negativas en el desarrollo de la edición.

En este sentido, reafirman su preocupación ante el proceso de implantación de "una mal llamada gratuidad" de los manuales en determinadas comunidades mediante el préstamo de libros usados.

Existe "falta de rigor" en ese proceso y se ha iniciado "sin estudios previos sobre su viabilidad, oportunidad y conveniencia, sin tener en cuenta los aspectos referidos a la calidad de la educación, ni sus consecuencias pedagógicas y formativas".

Por ello, el sector lamenta que no se hayan tenido en cuenta las repercusiones culturales y económicas de esta fórmula, "con grave quebranto para las librerías y para los editores y con repercusiones claramente negativas en la difusión general de los libros".