Cuando el pasado diciembre las autoridades de la isla francesa de Reunión, en el océano Indico, inauguraron la nueva prisión de Saint-Denis, difícilmente podían imaginar que cuatro meses después el nombre de esta cárcel iba a dar la vuelta al mundo por culpa de la espectacular fuga de tres de sus reos en un helicóptero. "En ningún momento se nos pasó por la cabeza que alguien pudiera utilizar un helicóptero para escapar en una isla donde las posibilidades de huida al extranjero son muy reducidas", señaló ayer el prefecto Pierre- Henry Maccioni. Pero a alguien sí se le ocurrió: al líder de una secta pedófila condenado a 15 años de reclusión por violaciones y agresiones sexuales a menores.

Un helicóptero de vuelos turísticos, secuestrado por tres hombres armados, se posó en el patio de la prisión y recogió a Juliano Verbard, de 27 años, cabecilla del grupo Corazón Doloroso e Inmaculado de María, y a dos de sus secuaces. El aparato llevó a los fugados a un kilómetro de la cárcel, donde les esperaba un furgoneta blanca.

Verbard empezó a reclutar adeptos para su secta en el 2002. Cinco años después, un juez dictó una orden de busca y captura contra él por delitos de violación y agresión sexual a dos menores en el 2003. En agosto del 2007 Verbard secuestró a un chico de 12 años, Alexandre, y lo presentó ante sus adeptos como el elegido para sucederle. La policía logró rescatarlo y detuvo al gurú pederasta.