NACIMIENTO Madrid, 1935

TRAYECTORIA Abandonó el PCE en 1965 Fundó el Partido Feminista en 1979

PUBLICACION ´La vida arrebatada´, un libro de memorias

Es una de esas mujeres en llamas que nació tan pronto que aún sigue fuera del tiempo. Se ha serenado, dice, pero la Falcón sigue sin ceder ante la estupidez, la hipocresía y la injusticia. Lo cuenta en La vida arrebatada (Anagrama).

--¿Suele llevar boina para contener tanto genio?

--He aprendido a contenerme sin ella.

--En todo caso es genético.

--Sí. Soy hija, nieta y bisnieta de contestatarios, de gente que entregó sus bienes y sus vidas a la lucha. Mi bisabuelo era liberal. Mi abuela, anarquista. Y mi padre dirigió Mundo obrero y miembro ejecutivo del PCE.

--Su vida no se entiende sin su madre, doña Enriqueta O´Neill.

--Las mujeres de mi familia fueron fundamentales. Eran gigantes. Pero mi madre reinterpretó el mundo para mí. Me entrenó para la verdad. Y la verdad, lo dijo Gramsci, es revolucionaria.

--No le previno del riesgo de la pubertad. Quedó embarazada.

--Mi madre había excitado en mí la necesidad de no someterme, pero en el capítulo sexual yo estaba, como todas, bajo las horcas caudinas del cura del colegio y de los vecinos. ¡Y el clamor hormonal es algo tan propio de todos los adolescentes!

--Sintiendo el temblor de las primeras veces...

--¡Decepcionante! Luego aprendes, y exiges, y hasta puede que te separes como hice yo.

--Un cataclismo en la época.

--Me reinventé. Dado el machismo imperante, esbocé modos de chica soltera y oculté la existencia de mis hijos casi 10 años.

--Y empezó a entrar y a salir del cuartelillo. Tres veces en la cárcel.

--Una de las persecuciones estuvo vinculada a la desaparición del sumario de la calle del Capitán Arenas. Otra fue por la edición de un boletín y el tercer proceso fue por el atentado de la calle de Correo.

--¿Qué tal se halla en esta izquierda tripartita?

--Pues ya ve... Es una izquierda pactista, colaboradora.

--¿Le valió la pena tanta lucha?

--Cuando me levanto y me miro al espejo veo a una persona decente. Yo no podría estar en esa política institucional organizada por señores y unas cuantas traidoras que les adoran, para que todo siga igual. Yo lo que quiero es cambiar el mundo.