Ni siquiera la mujer considerada el sex symbol del Reino Unido logró escapar a la típica depresión posparto. Liz Hurley, que celebró el viernes el primer cumpleaños de su hijo, Damian Charles (ambos en la foto), ha revelado que después de nacer la criatura pasó dos meses encerrada en la casa de Elton John en las afueras de Windsor tratando de recobrar el equilibrio emocional. "Lo único que hacía era sollozar en mi cama y cantar tristes canciones de country en el karaoke", afirma la modelo en una entrevista publicada por la revista GQ, realizada por David Furnish, el compañero sentimental de Elton John.

Para Liz, el pasado año fue "el mejor y el peor". Lo mejor, la llegada de su pequeño. Lo peor, luchar contra el padre, el multimillonario norteamericano Steve Bing, que puso en duda su papel en la concepción del bebé, extremo que confirmaron las pruebas de ADN.

Hurley acaba de renovar su contrato millonario con la firma de cosméticos Estée Lauder.