CON BANDERILLAS clavadas en la espalda y tendidos en el mismo suelo adoquinado que mañana recorrerán los toros del primer encierro. Ayer, víspera del chupinazo que marca el inicio de la fiesta grande de Pamplona, una sesentena de personas mostraron así su rechazo a la celebración de los Sanfermines y a las corridas de toros.