Una de las más brillantes joyas del socialismo cubano, la Defensa Civil, está siendo sometida a prueba nuevamente, esta vez ante un tren de huracanes que este año ha comenzado a barrer la isla con vientos descomunales y lluvias sin fin, que a su paso lo van hundiendo todo en la miseria, pero con la diferencia de verse obligado a retirarse sin víctimas en esta isla. El huracán Ike debía llegar esta madrugada. Por eso, las autoridades cubanas han evacuado a cientos de miles de personas de sus casas para llevarlas a albergues y lugares más seguros

El huracán llevaba ya una temible carta de presentación, al menos 30 muertos --entre ellos varios niños-- en la localidad haitiana de Cabaret, a 24 kilómetros de Puerto Príncipe. En Haití, donde más de 500 personas murieron por la tormenta Hanna , el Ike no dio de lleno, pero hizo subir las aguas de zonas ya muy castigadas, como la ciudad de Gonaïves (norte), que fue evacuada. También causó destrozos en las islas Turcas y Caicos, donde dañó el 80% de las viviendas. En cambio, en la República Dominicana pasó a unos 200 kilómetros de la costa. Un hombre murió aplastado en Nagua al caer una palmera a causa del viento.

Próxima parada, Cuba. "Ike : peligro real e inminente", titulaba ayer en primera plana el diario oficial Juventud Rebelde , que subrayaba: "Desde hace 50 años la costa norte oriental no ve un evento de tal magnitud". Y es que se le esperaba con gran fuerza --categoría 4 de una escala de 5-- por las provincias orientales: Guantánamo, Granma y Holguín. Anoche ya comenzó a dejarse sentir con fuertes lluvias y vientos huracanados. Según los pronósticos meteorológicos, debía empezar a recorrer la isla por el norte, con un desplazamiento de 25 km/h, y se temía que descargara el inmenso peso de su fuerza de destrucción, por lo menos, dos días.

TODOS LOS AÑOS Como cada año, desde que se inicia la temporada ciclónica --de junio a noviembre-- el país está a la expectativa de lo que le pudiera venir encima aún en los incipientes inicios de estos fenómenos metereológicos en el Atlántico hasta que llegan a las propicias aguas cálidas del Caribe, con temperaturas pueden pasar de 30 grados, y alcanzan una fuerza bestial que suele ser comparada con golpes nucleares.

El huracán o "Dios que baila en un solo pie" al decir de los caribes, se ensaña más que nada con la pobreza, que no falta en Cuba como en ninguna otra nación del Tercer Mundo, y se lleva lo poco que cada uno ha logrado tener. "Solo pude salvar las dos mochilas en las que guardé los uniformes, los libros, las libretas y los lápices de mis hijos para el colegio", dijo ayer una señora afectada por el Gustav . En la casa solo le quedaron las paredes.

El sistema defensivo ante la furia de los huracanes funciona así: el Instituto de Meteorología informa a la Defensa Civil, que va alertando a la ciudadanía, valiéndose de la prensa o de casa en casa, desde las fases informativas hasta las de alarma; y en esa progresión, con suficiente premura, se lleva a la población hacia lugares seguros, lejos de inundaciones, penetraciones del mar y derrumbes, mientras las empresas protegen sus propiedades y guardan a sus animales.