Cuando José Samuel Lupi salió a saludar a su hijo Manuel, a quien acababa de dar el rejón de alternativa Pablo Hermoso de Mendoza, se vivía el coso de Badajoz uno de esos momentos de gran simbolismo que de tarde en tarde suceden en las plazas de toros. Porque quienes vieron al legendario cavaleiro tal vez añoraban el paso por los ruedos de quien trajo a España la verdad del rejoneo de frente. Pero a la vez, el pequeño de sus hijos llegaba al doctorado, tras una trayectoria esperanzadora.

El astado de la alternativa se llamaba Mercenario, y era un señor toro, con caja y muy en el tipo de su encaste murubeño, de elegante galope aunque aquerenciado a tablas y que, a la postre, resulto manso y un punto soso.

Estuvo muy bien Lupi ante él, haciendo gala de un toreo a caballo de raíz clásica, en el que la finura y la elegancia de la monta fue un buen aditamento en la faena del joven lusitano. Ese quehacer se basó en clavar, menos en un par al sesgo, siempre en los medios, sacando al toro de su querencia, con remates que bien parecían muletazos por el temple que Lupi imprimía a su labor. Paseó su primera oreja.

Cerró la tarde el joven rejoneador ante un toro con muy buen tranco pero ahora la faena resultó desigual, con alguna buena preparación y en ocasiones con un punto de precipitación al clavar. Fue premiado con un trofeo que le permitía salir a hombros.

Gran caballo

La cuadra de Pablo Hermoso de Mendoza es soberbia y ayer lo demostró. Su primero le propinó un achuchón junto a tablas ya de salida, pero sobre Chenel aclaró porqué ocupa ese destacadísimo primer lugar entre los rejoneadores. Con este gran caballo cuajó un gran primer par porque la preparación hizo al astado ir a más.

Después, con parsimonia fue de frente al toro, para clavar con ajuste y hacer gala de un temple espléndido en el remate. Siguió sobre Icaro, una montura de excepcional valentía, pues nunca dejaba de dar la cara al burel, al que faltó raza pues al echarse enfrió la faena del navarro, quien no obstante cortó su primera oreja. El cuarto tuvo buen tranco de salida pero también tenía querencia a tablas. Ahora utilizó al castaño Curro para pararlo y en las dos primeras banderillas. Es un caballo versátil, de gran elasticidad, que torea con ajuste. Se superó sobre Caviar, con quiebros en los medios en los que clavaba con verdad, para ser premiado con dos orejas.

Diego Ventura brilló especialmente ante su primer astado. Era un animal de elegante galope, al que correspondió el rejoneador sevillano en el segundo tercio primero sobre Nazarí, con un quiebro en los medios y un par al sesgo, y a continuación sobre Ordóñez, cuando prodigó la pirueta en los remates.

Paseó dos orejas que fueron otras dos tras lidiar al quinto, haciendo gala de la espectacularidad, como cuando montó a Morante, ese equino que quiere morder las orejas de los toros, pero antes, sobre Distinto quebró en un palmo de terreno.

Fue un buen comienzo de feria para solaz de los aficionados al toreo a caballo.