Para Salwa el Gharbi, lo grave "no es que este hombre haya estado o no en prisión por su apología de la violencia. Lo horroroso es que siga siendo imán". En una persona sin grandes conocimientos religiosos, "podría entender el resbalón, pero alguien que dirige a una comunidad, que le pasa mensajes morales, no puede lanzar un mensaje incitando a la violencia".

El Gharbi, como el resto de mujeres consultadas es de origen marroquí y de religión musulmana. Su opinión sobre el caso no parece muy distinta de la que han expresado colectivos feministas españoles. "Bueno, las marroquís tenemos cierto pensamiento occidental". El islam es para ella "una religión que habla de paz, que te dice que no debes hacer daño, ni siquiera pensar en hacerlo. Por eso lo que ese imán interpretó del Corán y escribió es absurdo".