El exdirector de un colegio inglés, Glyn Martin de 53 años, utilizó a sus dos hijas adoptivas para atraer a otras niñas a su casa, con el fin de fotografiarlas y abusar de ellas, tras suministrarles un somnífero. El pederasta está siendo juzgado en Hull, en el noreste de Inglaterra.

Martin realizó con algunas de las víctimas un morboso montaje, colocando un cuchillo o una daga en la garganta, simulando su asesinato. No hay, sin embargo, ninguna prueba de que llegara a ejecutar tan macabras fantasías. En total fueron nueve las menores drogadas por Martin a mediados de los años 90, sin que ninguna tuviera la menor idea de lo sucedido hasta ahora.

Ante el tribunal, el detenido, que pasaba por ser un hombre honorable y un padre cariñoso, ha admitido haber cometido 57 delitos de abusos deshonestos y rapto. La policía descubrió en su casa 6.000 fotografías obscenas, de más de 2.000 menores de entre 5 y 12 años, tomadas desde mediados de los años 80 hasta el 2003. A este material hay que sumar otras 12.000 imágenes en carretes que no habían sido revelados de otras 1.000 menores.

Las fotos y los diarios, en los que anotaba cómo iba a descuartizar a sus víctimas fueron descubiertos por unos albañiles.