El director ejecutivo de Greenpeace España, Juan López de Uralde, que está "más delgado", indignado pero "tranquilo", ha recibido hoy la visita de su mujer y de su hermano en la cárcel en la que permanece detenido desde el 17 de diciembre. Uralde les ha explicado las "duras y desproporcionadas" condiciones que ha padecido desde su llegada a la cárcel.

La visita se ha celebrado bajo "altas medidas de seguridad", con la presencia de un policía, de una traductora y del cónsul español en Copenhague, explica Greenpeace en un comunicado.

Uralde y sus familiares solo han podido hablar de temas personales, ya que los relacionados con el caso --incluso referencias a la cobertura mediática del caso en España-- estaban vetados.

El director ejecutivo de Greenpeace, que está "más delgado de lo habitual", ha manifestado su indignación por la situación, aunque, según sus familiares, "está tranquilo".

COLCHONETA EN EL SUELOEl primer día, Uralde y los tres activistas pasaron, junto con otros 60 detenidos, "24 horas en una estancia con tan solo unas colchoneta en el suelo y una cámara de seguridad en el techo".

Desde entonces, los cuatro activistas han permanecido en un régimen especial de aislamiento, sin acceso a mensajes ni contacto con el exterior, por lo que solo han recibido "unas decenas" de los miles de mensajes de apoyo enviados desde todo el mundo.

Sin embargo, desde ayer, los activistas están encarcelados con presos comunes, aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores español, a través de la Embajada, ha exigido "su inmediata separación" y la vuelta a la situación anterior, asegura el comunicado.

"MEDIDAS DESPROPORCIONADAS"El director de Campañas de Greenpeace, Mario Rodríguez, ha lamentado la situación y se ha mostrado sorprendido de que los "compañeros están siendo tratados como presos comunes".

"Nos parecen desproporcionadas las medidas que se están llevando a cabo con ellos y creemos que son un castigo a la sociedad civil que lucha por un mundo mejor", ha asegurado.

Por último, el responsable de Campañas de Greenpeace ha valorado la actuación del Gobierno pero le pide esfuerzos de "mayor intensidad", mientras que anima a los ciudadanos a seguir movilizándose por la liberación de los cuatro activistas.

Uralde y otros tres activistas permanecen encarcelados en la prisión de Vestre Faengsel, en Copenhague (Dinamarca), desde hace 19 días, cuando fueron detenidos por realizar una protesta pacífica en la cena de gala ofrecida por la Reina Margarita II de Dinamarca a los jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la Cumbre del Clima.